Estuve algunos meses observado que, aún no estando cansada, sentía que mis niveles de vitalidad se habían reducido. Dosificar la energía es una tarea algo compleja, sobre todo cuando funcionamos con el piloto automático.
Así que hace unas semanas comencé a observar qué estaba pasando y esto fue parte de lo que descubrí:
Comía más rápido de lo habitual y necesario; eso implica que masticaba poco la comida y mis digestiones eran más pesadas y lentas. Por las noches el efecto se acentuaba
La fluidez en algunas tareas de mi día estabas algo oxidada
De forma sistemática. miraba el móvil con mucha frecuencia, como si de respirar se tratara, interrumpiendo, de manera innecesaria, momentos y conversaciones. Observé la enorme y tan normalizada dependencia del teléfono móvil.
Me despertaba de madrugada y me costaba conciliar el sueño; notaba que mi mente no estaba relajada; era algo así como un MODO ALERTA.
Busqué posibles opciones para regular esta situación y, como me funcionan, las comparto:
Cenar ligero y pronto o, si el cuerpo no lo pide, no cenar. Masticar muy bien los alimentos
Desconectar el móvil 1 hora antes de meterme en la cama
Repasar las cosas bonitas del día
Agradecer todo lo positivo
Dedicarme un “te quiero”
Hacer 10 respiraciones conscientes, leer o meditar (un hábito muy saludable que SIEMPRE y en cualquier hora del día es una salvación)
Cíclicamente hago este parón, observo cómo estoy funcionando y rescato hábitos saludables que me llevan a mi centro, me cargan de energía y me preparan para los siguiente meses en PILOTO AUTOMÁTICO.
¿Y tú, has sentido que esto puede reflejar algo de tu realidad?
Si quieres compartir tu sentir o cualquier experiencia, pongo todos mis sentidos
Disfruta del camino
🦋 Silvia Munné
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